domingo, 11 de marzo de 2012

Peanuts, cacahuetes, manís

Cacahuetes.
Si soy adicto, lo reconozco, si pruebo uno caigo sin remedio en la que llamo "trampa del maní", ¿será un atavismo simio?, me puedo comer un paquete entero de una sentada. Hoy después de ponerme tibio he decidido inmortalizar estos pocos antes de dar cuenta de ellos.


2 comentarios:

  1. A mí me pasa lo mismo, jajajaj. Desde que de pequeña un pu.... mono me robara la bolsa de cacahuetes en el zoológico de Lisboa, tengo obsesión con ellos.
    Nunca compro, porque si lo hago estoy perdida.. no puedo parar de comerlos.
    Voy a empezar a "experimentar" en las comidas con ellos, ya te contaré.
    Musus

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    1. Pensándolo ayer me preguntaba si no tendrá que ver con una vivencia de pequeño en Donosti: paseando con mis tíos y primos, nos compraron a cada uno una bolsa de cacahuetes tostados. Dios que delicia!, es uno de esos recuerdos sensoriales imperecederos, el sabor, el sol, una paz infinita, un momento de disfrute único. Nunca conseguí averiguar en donde fué que nos compraron esos cacahuetes, así que ¿quizás tenga un enganche emocional a ellos?
      Besos

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